Debido a un artículo en "El País" del escritor Mario Vargas Llosa, decidí leer a esta autora. La verdad, sin demasiadas expectativas. Pero tengo que reconocer que me ha impresionado. Me han impresionado su frescor, franqueza, coraje. Su compromiso para denunciar sin tapujos y buscar soluciones respecto a las barbaridades que se cometen contra las mujeres musulmanas en nombre del Islam y el profeta Mahoma. Me han impresionado su lucidez, la amplitud de sus conocimientos y su gran capacidad intelectual.
Expone así mismo una contundente y razonada crítica hacia muchas actitudes e iniciativas occidentales respecto del Islam. Iniciativas que no sólo no solucionan estos problemas derivados de un seguimiento fanático y literal de la religión, si no que lamentablemente los agravan. A mi modo de ver, este y otros de los libros escritos por esta autora son una inestimable ayuda para comprender la cultura islámica más tradicional, claramente premoderna y brutal; muchas de cuyas costumbres atentan contra los derechos humanos más elementales, especialmente de las mujeres musulmanas.
La lectura de este libro ayuda a una compresión más profunda de los valores occidentales. También a entender los errores que cometemos en Occidente a la hora de encarar el desafío que implica una religión practicada en muchos países, incluídos occidentales, de forma acrítica, sumisa, fundamentalista y en innumerables casos criminal.
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