Empecé el pasado jueves 2 de abril en Tortosa.
Al principio pensaba en hacer algún tramo de la Via Augusta, por ejemplo Tortosa - Sant Mateu, pero una vez en Tortosa vi varias posibilidades, y me decanté por la Vía Verde de Tortosa a Alcañiz.
Hay tres tramos. El primero en El Baix Ebre de Tortosa a Xerta si no recuerdo mal. El segundo en La Terra Alta de Benifallet a Horta de Sant Joan, y el tercero la comarca del Matarraña de Arnés-Lledó hasta Valjunquera, y por último Alcañiz.
Enmarcados en la imagen en rojo los lugares donde pernocté con la tienda.
El Ebro, a rebosar.
Estación de Xerta.
En el tramo del Baix Ebre las antiguas estaciones del tren están completamente restauradas, con servicios para el cicloturista, en la propia estación o en el pueblo.
Mi primera pernocta fue en la de Benifallet, abarrotada de familias en bici, autocaravanas, furgonetas... Sinceramente, yo buscaba algo más tranquilo. Lo cierto es que salí de viaje a toda prisa, estaba muy agobiado de estar en casa, así que el panorama que me encontré en Benifallet no me levantó la moral precisamente. Había albergue y pensión completos, así que no tenía otra que montar la tienda que había comprado dos días antes.
En la propia bolsa de la tienda ponía las instrucciones de montaje pero en un primer momento no vi nada, así que desplegué el material y me puse a cavilar cómo diantres se montaba aquello: una Ferrino T-Lite 1. Ahora me coge la risa pero en ese momento me parecía un compecabezas irresoluble, no exagero si digo que debí tardar más de 2 horas en averiguar alguna cosa. En esto, para que no falte de nada, rompo una de las varillas y entro ya directamente en pánico. Al final pido ayuda a un cicloturista que pasaba por allí que consigue colocar la otra varilla en un santiamén. Otro campista remienda la varilla rota con cinta americana. Aún así no consigo colocarla bien. En fin, me conformo con lo conseguido. Otro día, más.
No pegué ojo en toda la noche. Pasé bastante frío. Ahora ya sé que mi saco es muy deficiente, y yo muy friolero. Saco de dormir de calidad para la próxima salida.
Este tramo de la Vía tiene vistas espectaculares, con valles profundos y ríos, pero en mi caso para disfrutarlo sé que tengo que estar en soledad y la Vía era una auténtica riada de gente. Continuaba muy agobiado la verdad.
Infinidad de túneles durante muchos kilómetros. Algunos iluminados, otros no. Mucha gente con frontales y luces delanteras potentes.
Alrededor del Balneari de la Fontcalda alcancé ya el clímax de saturación. El día era caluroso y en la zona es posible bañarse, aunque aquello parecía una piscina pública en agosto, así que pasé de largo.
Llego a la estación de Horta de Sant Joan. Las estaciones de tren están en una zona de valle y para ir a la población hay que subir bastante cuesta arriba unos kilómetros, pocos en este caso. Llego a la población de Horta de Sant Joan con la intención de pasar la noche en alguna pensión o algo por el estilo, pero no hubo suerte, todo lleno. Para ser exactos, encontré algo, pero a 45 euros. Y el ambiente en el pueblo no me gustaba nada. Compro comida y agua y me vuelvo a la estación. Se puede montar la tienda en las estaciones, aunque yo busqué un lugar apartado. Al final en un camino dentro de una finca donde el firme me permitía clavar las piquetas.
El estado mayoritario de las estaciones cuando sales del Baix Ebre es ruinoso. Yo no vi fuentes por ningún lado. Al menos hay algunas mesas y bancos de madera y alguna papelera. Algo es algo. Lo abrumadoramente mayoritario es ver autocaravanas y furgonetas. Vi un par de tiendas en los cuatro días que estuve en la ruta, no más.
Por supuesto, además del pánico habitual no conseguí dormir por el frío. Fue una noche de viento, pero no vendaval. Afortunadamente no llovió.
Milagrosamente me levanté contento y presto para continuar con el pedaleo.
La buena noticia también es que en la zona del Matarraña ya no hay multitudes pedaleando. Eso quedó atrás.
Al entrar en la comarca del Matarraña la estación de Cretas estaba completamente restaurada, la única por cierto. Pero cerrada.
Al llegar a Valjunqueras donde dormí, más de lo mismo. Turismo rural. O lleno o muy caro. Comprar comida y agua y al monte.
Tuve suerte y encontré una caseta donde pasar la noche.
De hecho hay muchos refugios de piedra también, esparcidos por los campos.
Último trayecto, Valjunqueras - Alcañiz. Después de tres noches sin dormir bien, desvelado, me siento cansado. El día está ventoso. Después de varios kilómetros un tanto penosos llego a Valdealgorfa, la última estación, me parece. A partir de allí hay un camino de unos 15 kms cuesta abajo para llegar a Alcañiz, eso sí, ! de piedras ! Poquet a poquet.
Alcañiz por fin.
Fijaos en el desastre monumental. Un centro comercial tapando la vista de la catedral. El progreso es lo que tiene.
Llego el domingo al mediodía. Por fortuna a la tarde hay un bus a Barcelona.
