domingo, 19 de mayo de 2013

Jordi Grau: "La barbarie de la guerra"

Quiero mostrar mi total rechazo a las acciones militares que EE.UU. ha emprendido en Afganistán a raíz del atentado del once de septiembre pasado (2001).
Estados Unidos tuvo una oportunidad de oro para demostrar otro talante, por aportar sensatez y sentido común en un mundo saturado ya de conflictos e injusticias. Pero ha optado por la pura venganza, por complicar más las cosas.
Es obvio que su respuesta militar ha incrementado la tensión en la zona de forma alarmante, precipitando a un país como Pakistán al borde de la guerra civil, y la tensión sigue creciendo con resultados imprevisibles, no sólo en Pakistán si no en otros países musulmanes. Los bombardeos de EE.UU en Afganistán han provocado ya miles de refugiados y matanzas de civiles, y todavía se pretende tensar más la cuerda. Por lo visto todo vale. Que la violencia sólo engendra violencia lo sabemos desde hace miles de años. ¿Es realmente esto una respuesta sensata,razonable? Todavía más, ¿es una actitud justificable.? ¿Cómo puede justificarse la muerte de una sóla persona, el que una sola persona tenga que sufrir toda suerte de penalidades y abandonar su país?Aunque sólo contempláramos esto desde la óptica del sentido común, la actitud de EE.UU. es el peor camino. Si la situación se volvió dura y difícil a raíz de la salvajada del once de septiembre, todavía se ha vuelto más complicada ahora. ¿Es esto lo que se pretende? ¿o estamos sencillamente frente a un brutal ojo por ojo.?
Precisamente los tan cacareados «valores» de la civilización occidental como la racionalidad o la
efectiva aplicación de derechos fundamentales como el derecho a la vida, o el derecho a la justicia, no se ven por ningún lado, antes bien, se actúa de forma estúpida, opaca y fanática. No puedo comprender cómo puede justificarse el asesinato de personas indefensas diciendo que fue un error, «daños colaterales», una de las expresiones más espantosas que se hayan podido inventar.
Cómo se puede asesinar a familias enteras y decir: «lo siento, fue sin querer.» Decir: «hemos tomado todas las precauciones posibles.» La única precaución posible verdaderamente efectiva para evitar la muerte de inocentes es no bombardear, descartar la guerra, aunque dudo que pueda llamarse guerra a lo que sucede en Afganistán. Hasta a los niños de diez años se les ocurren actitudes responsables e inteligentes cuando se les pregunta sobre lo que está sucediendo y posibles formas de afrontarlo evitando más sufrimiento. Sin embargo las respuestas de los estados suelen ser las más torpes y crueles.
¿Realmente representan los gobernantes un sentir colectivo? ¿No existe otra forma de detener a los responsables del atentado en NY que provocando matanzas de civiles, miles de refugiados y enormes tensiones sociales? ¿Esa es toda la inteligencia, raciocinio y compasión posibles de nuestra «superior» civilización occidental?.
Toda esta barbarie que están protagonizando los EE.UU. y aliados no sólo afecta a su país, afecta a la totalidad del mundo. Ahora ha habido una matanza de cristianos en Pakistán. Mañana puede haberla en otros países. El odio y la violencia generados por las matanzas en Afganistán no se detienen en sus fronteras, de la misma forma que no se detiene la contaminación de la industria estadounidense en su propio suelo, afecta a la totalidad del planeta.

Publicado en "La Vanguardia" el 31 de Octubre de 2001

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